Nuestra Escuela celebra su cumpleaños. 125 años de historia empapan sus paredes de ladrillo visto. Cuando traspasamos su cancela de forja, el jardín que se abre ante nosotros nos enseña una escuela que, a simple vista, parece detenida en el tiempo, en aquellos momentos en los que era Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos.
El origen de este centro lo encontramos en la necesidad de instrucción que había dentro de los oficios más artesanos, a medio camino entre la enseñanza básica y unos estudios más avanzados: el alumnado buscaba perfeccionar su profesión. Progresivamente, unos pocos (que acabarían siendo muchos) empezaban a buscar unas enseñanzas artísticas cada vez más completas y especializadas.
Durante más de un siglo, la inclusión de las nuevas tecnologías, la profesionalización de las artes y la actualización de los procesos formativos han sido el baluarte de cualquier enseñanza que mire hacia el futuro y que presuma de seguir el pulso de la sociedad. La actual Escuela de Arte no puede quedarse al margen de las necesidades que la realidad nos presenta.
La Escuela de Arte sigue persiguiendo ese santo grial que consiga encajar a la perfección la formación de nuestro alumnado con las demandas oscilantes del mercado, sin olvidar nuestro pasado artesano, velando porque esa huella no se desdibuje.
Ahora se abre ante nosotros y nosotras un horizonte lleno de posibilidades: la actual Escuela de Arte se transformará en Escuela de Arte y Superior de Diseño. Una nueva apuesta, una transformación crucial para nuestros estudios. Sin embargo, el miedo a que una tormenta nos impulse irresistiblemente hacia el futuro, tal y como anunciaba Walter Benjamín en su Tesis de filosofía de la historia, y levante un muro de escombros detrás de nosotros que nos impida ver nuestro legado, nos obliga a la reflexión.
Para trazar el camino hacia el que se dirige la creación necesitamos mirar hacia esos oficios artísticos, hacia las artes aplicadas, hacia esa nueva artesanía. Quizás de esa manera nos sea más fácil definir el papel que la formación artística tendrá en un futuro. Así, podremos orientar nuestros esfuerzos hacia realidades venideras que diseñen la identidad de la Escuela de Arte José Nogué desde la multiplicidad de sus enseñanzas, donde lo artesanal dialogue con lo virtual. En palabras de Umberto Eco, es el momento de “mirar al pasado para entender el presente y prever el futuro”.
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